martes, 1 de diciembre de 2009

Diminuta y la Señorita T.

-Nunca se habia quedado detras de los aplausos, nunca hasta el mencionado día de hoy-
LLevaba más de tres horas frente al espejo, algo de lo cual no es para levantarse corriendo del asiento ya que la señorita T. profesaba situación de actriz. Hace más de 5 años le parecia que el ritual indio del rubor, las postizas y el demacrado polvo jamas poseyo credibilidad ni para ella ni para el publico.
Desde que conocio los espectaculares de Pepsi y diversas compañias, la señorita T supo inmediatamente lo que deseaba hacer de su vida, "ser anuncio de comerciales" lo cual no llego a suceder ya que se convirtio en una procedencia de sorpresa más dudosa.
A los 16 la contrataron para media temporada de "Engarzados y fambruesas", A los 20 estaba como Norma en "Casa de Muñecas" , Los 23 los estrenaba en "Hamlet" y ahora estaba como protogonista de una producción exclusiva en Berlin.
T. no osaba de negativa, al contrario era una malicia sumamente mediocre, sin embargo el ser actriz no le sabia, al igual que los aplausos y las post-parties no le sabian ni a medio limon, ni a limon completo, solamente no le sabian, lo que pasaba era que a T. las cosas pequeñas le parecian inconmesurables, por eso apenas una pequeña mordida y era encantada.
En las presentaciónes lo que podia dejarla sin ojos, eran esas pequeñas que inteligentemente preferian doblar en barquitos sus programas antes de mirar la obra, esas, las diminutas cosa podian más que su vida.
Entonces era la media luna de escenario, luces ocre y un vestido de enana desauciada.
Sale la señorita T.
Olvida el dialogo.
Desnuda y sangra.
Sube a la plataforma ata lazo,lampara,cuello.
Inercia.
El lazo suelta a la lampara y el cuello suelta lazo y lampara.
Vive.
Todos Aplauden.
Y ella y sus diminutas cosas de su grandilocuente vida se sorprenden de que un publico se sorprenda de un intento de suicido, tanto fueron los aplausos que no vieron el mosco suizo aproximarse al cuello de la señora más copiosa de la ciudad , meses despues la dengue suiza fue propagada y muchos meses despues la muerte más sencilla y retocada con estornudos fue ingresando en cada una de esas casas amarillas de Berlin.
NOTA SEMANAL
La Señorita T. fue vista por ultima vez en los empedrados caminos de Padua, con una reducida bolsa y repitiendo comerciales de televisión, no se le encontro rasgo de ninguna enfermedad y dice que los moscos y Rusia se han convertido en sus mejores diminutos amigos, pronto estara presentandose en "Comerciales para mermelada" de Ritz Pat.
Periodico "El Padua", 1987